En general, se acepta que la grasa en el cuerpo humano es mala y es imperativo deshacerse de ella. Esto es cierto cuando se trata de exceso de grasa, especialmente grasa visceral (en la cavidad abdominal, alrededor de los órganos internos). Pero con moderación, el tejido adiposo no solo es útil para el cuerpo, sino también insustituible. Sin él, el trabajo del cerebro, los músculos, las articulaciones, los sistemas digestivo y endocrino es imposible. Y lo más importante, la grasa es una poderosa fuente de energía que protege al cuerpo del agotamiento y la pérdida de calor.
¿Qué porcentaje de grasa corporal debo tener?
En 1 kilogramo de tejido adiposo se almacenan 7700 kilocalorías de energía, lo que es suficiente para mantener la viabilidad del organismo de un adulto durante 3-4 días. Así, la grasa subcutánea (y, en menor medida, la visceral) puede compararse con una “batería” que siempre está con nosotros y protege al cuerpo del agotamiento incluso en ausencia de nutrición.
Pero con un exceso de tejido adiposo, sus ventajas se ven contrarrestadas por desventajas: trastornos metabólicos, trastornos hormonales, mayor estrés en el corazón, etc. Por lo tanto, es importante mantener un equilibrio óptimo y prevenir la obesidad, que puede alterar el funcionamiento de todos los sistemas vitales. Para ello, existen métodos especiales que permiten determinar y controlar el porcentaje de grasa en el cuerpo:
- Análisis de bioimpedancia. Cuando una corriente eléctrica débil atraviesa el cuerpo humano, se mide su resistencia, que difiere notablemente en el tejido adiposo y en todos los demás tejidos del cuerpo. El método es absolutamente indoloro, pero requiere gastos económicos y un viaje a la clínica.
- Usando un calibrador. Esta es una herramienta especial que mide el grosor de los pliegues de la piel en diferentes partes del cuerpo: en los costados, abdomen, espalda, caderas, etc. Los datos obtenidos se comparan con tablas especiales y le permite averiguar el contenido aproximado de grasa corporal.
- Cálculo de la fórmula de Lyle McDonald Solo apto para atletas no entrenados y sin fuerza. El método tiene en cuenta el índice de masa corporal (IMC), que se calcula como m/h², donde m es el peso corporal (en kilogramos) y h es la altura (en metros). El resultado del IMC resultante se compara con la tabla (diferente para hombres y mujeres) y muestra el porcentaje de grasa corporal.
Estas son las formas más comunes de determinar el porcentaje de tejido adiposo en el cuerpo, pero no son las únicas. Una opción alternativa es utilizar calculadoras en línea especiales que calculan rápidamente el porcentaje deseado a partir de los datos ingresados y con una precisión bastante alta. Independientemente del método que utilice, el resultado se clasificará de la siguiente manera.
Para hombres:
- Menos del 6% es agotamiento.
- 6 a 13% es atlético.
- Del 14 al 17 %: buena forma física, pero con un poco de obesidad en las áreas problemáticas (más a menudo el abdomen).
- 18 a 25 % es condición física normal/promedio.
- 25 a 40 % de sobrepeso
- Más del 40 % son obesos.
Para mujeres:
- Menos del 10-14 % es agotamiento.
- 14 a 20% es atlético.
- 21 a 24% está en buena forma física.
- 25 a 30 % es una forma normal/mediana.
- 30 a 45 % de sobrepeso
- Más del 45 % son obesos.
Según estudios, el cuerpo de una mujer tiene un promedio de 5-10% más de tejido adiposo que el cuerpo de un hombre, lo que corresponde aproximadamente a los criterios descritos anteriormente.
Datos interesantes
- En un cuerpo humano adulto, hay entre 10 y 30 mil millones de células grasas, cuyo tamaño no supera los 120 micrómetros (millonésimas de metro).
- Las grasas pueden actuar como un absorbente para las vitaminas solubles y absorberlas a granel. Por lo tanto, se recomienda consumir los complejos vitamínicos y los alimentos que contienen vitaminas (bayas, frutas, verduras) por separado de los alimentos grasos.
- El trabajo del sistema nervioso central humano es imposible sin la presencia de grasas en el cuerpo. Por lo tanto, son necesarios para la formación de una sustancia especial: la mielina, que es un aislante para los impulsos eléctricos del cerebro y las células nerviosas.
En resumen, podemos decir que las grasas no son menos importantes para una persona que las proteínas y los carbohidratos. Lo principal es mantener un equilibrio óptimo de BJU y excluir de su dieta las grasas trans contenidas en la margarina, las papas fritas, varios alimentos precocinados y la comida rápida. Y las grasas animales y vegetales naturales deben consumirse en cantidades limitadas. En cuanto a la grasa subcutánea y visceral, que se sintetiza principalmente a partir de carbohidratos rápidos, su cantidad se puede controlar mediante tablas especiales y calculadoras en línea, en combinación con una nutrición adecuada y actividad física.